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El amanecer de las artes. El telón de boca del Teatro Nacional de Costa Rica (1897-2017).

El amanecer de las artes. El telón de boca del Teatro Nacional de Costa Rica (1897-2017).

M.Sc. Alejandro Bonilla Castro

Historiador – Universidad de Costa Rica y CICOP Costa Rica

 

Hace poco y en el marco de la visita de los especialistas españoles la Dra. Carmen Pérez García y el Dr. Juan Pérez Miralles, facilitada por el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos y el Colegio de Arquitectos de Costa Rica, los costarricenses fuimos testigos del re descubrimiento de unas obras de arte invaluables para la historia de nuestro país: los telones del Teatro Nacional. A partir de esa visita, los especialistas realizaron estudios y diagnósticos a las 38 piezas resguardadas aún por el Teatro, con la intención de restaurarlos en un futuro. Sin embargo, de la maravillosa colección, resalta uno en especial: el telón de boca.

¿Por qué sobresale este telón de los otros? En esta nueva entrega de nuestro blog, trataremos de darle respuesta a esta pregunta, a raíz de una visita que realizamos el 3 de febrero pasado.

 

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Imagen 1: Telón de boca del Teatro Nacional. Principios del siglo XX. Fuente: Fotos Antiguas de Costa Rica. Facebook.

 

En su libro El Teatro Nacional, el poeta Alfonso Ulloa Zamora, realizó una transcripción de un artículo publicado por El Heraldo de Costa Rica el 13 de mayo de 1894, en el que se describe la pieza preparada por los artistas Antonio Rovescalli y Carlo Orgero que se colocaría en el escenario del nuevo teatro:

“La composición nueva, brillante, es una verdadero soplo de poesía como todas las creaciones del renombrado maestro. A la izquierda sobre una mole marmórea con escalinatas amplia y majestuosa está la isla de Costa Rica, representada por una joven que envuelta en purpurino manto apoya la diestra en el escudo nacional y con la izquierda saluda la llegada de las artes teatrales que se divisan en medio del mar, navegando en hermosa lancha tirada por dos caballos marinos guiados por un genio.

Representan las artes cuatro gentiles figuras de mujer, la Tragedia y la Música sentadas, la Comedia y el Baile de pie, con el deseo de tocar la tierra fértil y hospitalaria de la isla. En lo alto, el ángel de la civilización circundado de genios ilumina el mar y la costa, ahuyentando al monstruo de la barbarie. La figura de este último es magnífica por la fuerza del trazo y del efecto. Complementan el cuadro un arco iris y el sol de Costa Rica que surgen en el horizonte allá lejos. A la derecha el Viejo Mundo, figurado por sus monumentos. A la izquierda, la perspectiva del Teatro de Costa Rica; abajo, frutas y genios.” (Ulloa, 1972: 112,113).

El telón, tal como se puede ver en esta descripción, es una muestra de lo que en historia del arte se llama “iconografía”, la cual analiza la función social del arte como difusor de ideas. (Esteban, 2002: 5,6). En este sentido, la semblanza que se hiciera de la obra de Rovescalli y Orgero en El Heraldo de Costa Rica, tenía la intención de ser una pieza más en el imaginario de progreso material y cultural que los liberales buscaron proyectar con el nuevo teatro (Fumero, 1996: 62, 63). La inspiración de los liberales, provino de Europa, cuna de la llamada “civilización cultural”, personificada por Francia y la “capitalista”, representada por Inglaterra.

De esta forma, el conjunto artístico o alegórico (¡ya en unas líneas vuelvo a esto!) compuesto por el ángel de la civilización (La Fama… si el mismo ángel que está en el foyer y en la cúspide de la fachada del teatro), la Tragedia, la Comedia, el Baile y la Música (también, todas estas estatuas ubicadas en el vestíbulo) vienen de Europa, fuente del progreso material y cultural que buscaron los liberales como parte de su proyecto de sociedad y nación. Indudablemente, la figura identificada como la “Barbarie”, puede ser simbolizada por la cultura popular, esa que los liberales quisieron erradicar y controlar, en pos de construir la “civilización” costarricense. (Molina, 1999:16).

Quien recibe a este séquito civilizatorio, es Costa Rica. Y aquí es donde retomo a lo pendiente: la alegoría. La alegoría, en breve, es la representación femenina de las virtudes humanas. Posterior a la Revolución Francesa, se abrió paso el uso de estas figuras para representar el nacimiento de las nuevas naciones modernas. Costa Rica, como heredera cultural y política de la Revolución Francesa, adoptó desde mediados del siglo XIX, la alegoría para representar a la naciente nación, de las cuales la más célebre, es la que encabeza el Monumento Nacional (Lemistre Pujol, 1981: 47-72). En el Teatro Nacional, además de la del telón de boca, hay otras dos: la ubicada en el Café del Teatro y la llamada “Justicia” ubicada en el cielorraso del Palco Presidencial y obra de Roberto Fontana (Díaz, 2011). Es por esa razón que Costa Rica sale ataviada con una túnica blanca y roja, con la bandera nacional en su mano derecha y usando el gorro frigio, símbolo de la libertad. Costa Rica, amanece en un nuevo mundo de progreso material y cultural, con la construcción del Teatro Nacional, inaugurado hace ya 120 años.

A pesar de su enorme belleza y significado, el telón de boca fue sustituido en 1926, por su mal estado (Fischel, 1997: 48). En 1934, el artista costarricense Antolín Chinchilla Gutiérrez realizó unos trabajos de mantenimiento, siendo estos infructuosos. El grave estado de deterioro que presentaba este telón, obligó a la administración del Teatro a sustituirlo permanentemente, por lo que fue almacenado, siendo extraído momentáneamente en la década de 1980 para valorar su estado. Se mantuvo en la oscuridad hasta que con motivo de la visita de los doctores Pérez García y Pérez Miralles, se dieron los primeros paso a lo que puede ser, una necesaria restauración. Solo el tiempo dirá si volveremos a ver, ese amanecer de las artes del que Costa Rica fue testigo, allá por 1897.

 

Telon de boca - Teatro Nacional

Imagen 2: Telón de boca del Teatro Nacional. 2017. Fuente: Archivo del Teatro Nacional de Costa Rica. 2017

 

 

 

Bibliografía

Díaz Arias, David. “Madre, mujer y nación: El ángel de independencia costarricense.” Mesoamérica, Nº 53 (Enero-Diciembre, 2011): 226-236.

Lemistre Pujol, Annie. Don bronces conmemorativos y una gesta heroica. La estatua de Juan Santamaría y el Monumento Nacional. (Alajuela, Costa Rica: Museo Histórico Cultural Juan Santamaría, 1981).

Fischel Volio, Astrid. La Caja Mágica. 1ª ed. (San José, Costa Rica: Editorial Teatro Nacional, 1997).

Fumero, Patricia. Teatro público y estado en San José 1880-1914: una aproximación desde la historia social. 1ª ed. (San José, Costa Rica: EUCR, 1996).

Molina Jiménez, Iván. Costarricense por dicha. Identidad nacional y cambio cultural en Costa Rica durante los siglos XIX y XX. 1ª ed. (San José, Costa Rica: EUCR, 1999).

Ulloa Zamora, Alfonso. El Teatro Nacional. Apuntes para la biografía de un Coliseo. (San José, Costa Rica: Editorial Costa Rica, 1972).

Esteban Lorente, Juan Francisco. Tratado de iconografía. Colección Fundamentos N° 110. (Madrid, España: Ediciones ISTMO S.A.,2002).